En el experimento se reunía a un grupo de entre 7 y 9 personas dentro un aula. De todas ellas solo una era el sujeto inocente (pues no conocía la
dinámica real del experimento, pensando que en realidad formaba parte de
un experimento de percepción visual, nada más), las personas restantes
eran cómplices.
La forma de proceder era la siguiente: el experimentador mostraba parejas de cartulinas con lineas verticales de distintas longitudes. Se preguntaba que lineas tenían la misma longitud; todos los complices contestabas erroneamente y en las ultimas pruebas el sujeto inocente contestaba lo mismo que ellos, contestando asi erroneamente.
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